Ocultan su fragilidad interior, bajo un disfraz de materialismo y frivolidad, pero por dentro son blandos, muy blandos, como el algodón de azúcar, pero un algodón de azúcar amargo. Hacen todo lo que está a su alcance para hacer sufrir a una persona que está feliz, para cagarle la vida, una amistad, o lo que sea que a la otra la haga feliz, o simplemente que le haga pasar un buen momento. Se sienten tan poca cosa, que necesitan bajarle el nivel a la gente para así no sentirse tan mal, no lo entiendo, no lo entiendo, NO LO ENTIENDO!
milagros.
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